PRÁCTICA 10: La educación en 2030. Chat GPT. María del Carmen Murcia Pietrzak
Hola chic@s, en esta entrada nueva entrada para #INVTICUA25 que podéis ver a continuación, corresponde con la práctica 10 donde voy a pedirle a Chat GPT que me escriba un relato sobre cómo sería la educación en 2050. Además, yo voy a ir añadiéndole prompts para que vaya elaborando el relato tal y como deseo; y, finalmente, contestaré a una serie de preguntas acerca del uso de la IA en Educación.
El primer prompt que le he enviado es el siguiente: “Hola, ¿puedes realizar un relato de 300 palabras donde plantees cómo será la educación en el futuro, más concretamente, en 2050? Quiero que tenga un final utópico y que contenga elementos como: todos los alumnos pueden teletransportarse, los coches vuelan y los profesores son robots” y conforma el relato original:
Aula 20550: Aprender en un suspiro
En el año 20250, las campanas escolares ya no suenan. Nadie corre tarde ni olvida su mochila. A las 08:00, en punto, millones de estudiantes alrededor del mundo se teletransportan desde sus hogares a sus aulas flotantes, enormes plataformas suspendidas en el cielo donde las ciudades se ven como maquetas desde las ventanas.
Los coches, ahora completamente aéreos, zumban suavemente entre los rascacielos. Los embotellamientos son cosa del pasado. En el aula, los profesores ya no son humanos, sino sofisticadas inteligencias artificiales con aspecto robótico, capaces de adaptarse al ritmo de cada estudiante. Con solo un escaneo ocular, el profesor sabe si un alumno necesita repasar o está listo para avanzar.
La educación ya no es igual para todos, sino única para cada uno. Algunos aprenden historia recorriendo simulaciones interactivas en la Roma antigua, otros resuelven ecuaciones en laboratorios virtuales orbitando Marte. El aburrimiento desapareció: aprender es una aventura personalizada.
Incluso los exámenes han cambiado. Ya no se trata de memorizar, sino de crear. Los alumnos presentan inventos, soluciones sociales o programas de inteligencia artificial, guiados por sus intereses y talentos únicos.
En este mundo utópico, nadie queda atrás. La tecnología garantiza igualdad de acceso, y los robots docentes están programados para detectar y apoyar no solo el rendimiento académico, sino también la salud emocional. Las diferencias de origen, idioma o capacidad ya no son barreras. Todos pueden aprender. Todos pueden soñar.
Y así, en 20250, la educación dejó de ser una obligación para convertirse en una celebración diaria del potencial humano, donde cada niño y niña no solo descubre el mundo, sino también su lugar luminoso en él.
Teniendo este texto como base, he decidido añadirle el prompt: “A partir de ese texto quiero que me cambies “Incluso los exámenes han cambiado. Ya no se trata de memorizar, sino de crear. ” y me añadas que ya no existen los exámenes, se ha creado una educación igualitaria y equitativa donde no se evalúa a través de pruebas escritas sino por los valores que cada persona tiene siendo el aspecto que mejor nos define como ser humano”. Y este fue el resultado:
En el año 20250, las campanas escolares ya no suenan. Nadie corre tarde ni olvida su mochila. A las 08:00, en punto, millones de estudiantes alrededor del mundo se teletransportan desde sus hogares a sus aulas flotantes, enormes plataformas suspendidas en el cielo donde las ciudades se ven como maquetas desde las ventanas.
Los coches, ahora completamente aéreos, zumban suavemente entre los rascacielos. Los embotellamientos son cosa del pasado. En el aula, los profesores ya no son humanos, sino sofisticadas inteligencias artificiales con aspecto robótico, capaces de adaptarse al ritmo de cada estudiante. Con solo un escaneo ocular, el profesor sabe si un alumno necesita repasar o está listo para avanzar.
La educación ya no es igual para todos, sino única para cada uno. Algunos aprenden historia recorriendo simulaciones interactivas en la Roma antigua, otros resuelven ecuaciones en laboratorios virtuales orbitando Marte. El aburrimiento desapareció: aprender es una aventura personalizada.
Los exámenes ya no existen. En su lugar, se ha instaurado una educación verdaderamente igualitaria y equitativa, donde el conocimiento no se mide por pruebas escritas, sino por los valores que cada persona cultiva y expresa: la empatía, la creatividad, la colaboración, el respeto y el compromiso con el bien común. Estos son ahora los verdaderos indicadores del aprendizaje, y también lo que mejor nos define como seres humanos.
En este mundo utópico, nadie queda atrás. La tecnología garantiza igualdad de acceso, y los robots docentes están programados para detectar y apoyar no solo el rendimiento académico, sino también la salud emocional. Las diferencias de origen, idioma o capacidad ya no son barreras. Todos pueden aprender. Todos pueden soñar.
Y así, en 20250, la educación dejó de ser una obligación para convertirse en una celebración diaria del potencial humano, donde cada niño y niña no solo descubre el mundo, sino también su lugar luminoso en él.
Por último, le he pedido a Chat GPT un último prompt, y es el siguiente: “¿Puedes crearme un poema sobre este último relato creado añadiendo que todos los alumnos siempre van a aprobar y vamos a poder volar ?”
Escuela del Mañana
En aulas que flotan sobre el azul,
donde el cielo es techo y el sol, farol,
los niños llegan sin correr jamás,
con un clic de luz, sin un paso de más.
Ya no hay campanas, ni pruebas tensas,
ni hojas tachadas, ni notas inmensas.
Los exámenes duermen en viejos cajones,
a cambio, florecen los corazones.
La clase la guía un sabio robot,
con voz serena y mirada de amor.
No pregunta por fechas o capitales,
sino por sueños y gestos leales.
Aprendemos volando entre nubes de ideas,
sin pupitres rígidos ni largas tareas.
Historia en Roma, ciencia en los astros,
todo es posible, todo es un pacto.
Y al final del día, lo que más se valora
no es cuánto sabías, sino cómo aflora
la luz que compartes, la mano que das,
el alma que crece y sabe escuchar.
Porque en este mundo de vuelo y bondad,
nadie suspende, no hay desigualdad.
Cada alumno es visto, cada voz es oída,
y todos aprueban... la escuela y la vida.
Preguntas a responder:
A. ¿Conoces la herramienta de Chat GPT? ¿Qué opinas del uso de la IA en Educación?
Sí que conozco la herramienta de Chat GPT y me parece muy necesaria en las aulas a la hora de enseñar siempre y cuando sea de manera correcta. De nada sirve prohibir el uso de la IA en Educación, a mi ver, hay que enseñar a usarla de manera responsable para que sirva como una herramienta útil a la hora de buscar información y ayudar con cualquier duda que podamos tener.
B. ¿Ha sido difícil su uso? Comenta si te ha ayudado o te ha dificultado el trabajo
Para nada ha sido difícil su uso, me parece una herramienta muy práctica que al darle unos prompts adecuados puede ayudarte mucho, como en mi caso.
C. El relato que has obtenido, ¿es similar al que tú hubieras escrito?
Sí, el relato obtenido es similar al que yo hubiera escrito. Me parece un relato muy original.
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