Práctica 9: Taller de Pep Hernández (Mar)

 

La sesión con Pep Hernández fue muy enriquecedora y diferente, ya que comenzó invitándonos a conectar con nuestras emociones. Nos planteó preguntas personales, como cuándo habíamos llorado por última vez, y en mi caso tuve un momento bastante divertido porque tuve que responder justo delante de mi novio, que estaba sentado a mi lado. Al contar que fue por “mal de amores”, él no paraba de reírse. Después, nos pidió que escribiéramos un haiku sobre nuestros sentimientos. Yo preferí no compartirlo en voz alta porque no quería que mi pareja lo leyera, y Pep, con buen humor, nos llamó “los pimpinelas”, un apodo que se convirtió en una broma recurrente durante la sesión.

Además de estas actividades creativas, reflexionamos sobre el papel del profesor de Lengua y Literatura como mediador entre la lengua y el alumnado, resaltando la importancia de respetar sus intereses y variedades lingüísticas. Pep recomendó dedicar una sesión semanal a hablar de libros para fomentar el interés por la lectura y destacó la necesidad de escuchar activamente a los estudiantes para comprender mejor sus necesidades y prevenir conductas disruptivas.

¿Qué me gustó más?

Lo que más me agradó fue la combinación entre el trabajo emocional y la reflexión didáctica. La actividad del haiku fue especialmente significativa, ya que nos permitió expresar sentimientos de forma creativa y conectar con los compañeros. Además, el ambiente distendido y el sentido del humor de Pep hicieron la clase muy amena. 

¿Qué me gustó menos?

Quedó una cierta incomodidad respecto al ejemplo que Pep utilizó para hablar del voseo, ya que lo presentó como algo negativo. Considero que el voseo y otras variantes lingüísticas deben ser valoradas y respetadas como parte legítima del español. Me habría gustado que se profundizara más en este tema y que se fomentara un debate para comprender mejor la riqueza lingüística y evitar prejuicios.

Uno de los recursos que más me ha llamado la atención de la web de Pep Hernández Apuntes de Lengua es el Librómetro de aula, un proyecto de fomento de la lectura que propone una manera muy creativa y participativa de animar al alumnado a leer por placer.

Lo que más me ha gustado de esta propuesta es que combina varias formas de expresión (escrita, oral y audiovisual), ya que no solo se elaboran reseñas escritas, sino también podcasts y vídeos que se comparten en el blog de aula. Esta variedad de formatos permite que cada estudiante pueda comunicar su experiencia lectora de la forma que más le motive, lo cual me parece una excelente forma de fomentar la creatividad y el gusto por la lectura.

Además, el sistema de diplomas que recompensa el número de libros leídos —con categorías tan originales como “lector en ciernes” o “matrícula de honor lectora”— añade un componente lúdico que puede resultar muy estimulante, sobre todo en los primeros cursos de la ESO. Me parece una iniciativa muy bien pensada para crear comunidad lectora y reforzar la autonomía del alumnado en sus elecciones lectoras.